martes, julio 31, 2007

Piknic Électronik


La île Sainte-Hélène (isla Santa Elena) se ubica sobre el río San Lorenzo en el territorio de la ciudad de Montreal. El acceso hacia la isla no únicamente puede ser a través de transportes fluviales, ya que se encuentra conectada a Montreal a través de los puentes Jacques-Cartier y de la Concorde, además de la estación de metro Jean-Drapeau.

En el perímetro que abarca Sainte-Hélène se ubican algunos de los sitios más representativos de esta ciudad canadiense, como lo son el parque de diversiones de La Ronde y el museo de la Biosphère.

Otro emblema importante de esta pequeña isla es la escultura L'Homme, un trabajo artístico de la autoría de Alexander Calder. Compuesta por 60 toneladas de acero y una altura de 22 metros, esta estructura proyecta una visión muy particular de la raza humana. Y es ahí, bajo el cobijo de esta obra monumental, que tiene lugar una de las fiestas veraniegas más importantes de Montreal, se trata del Piknic Électronik.

El Piknic Électronik, constituye una serie de eventos de música electrónica, y que esta ocasión es llevado a cabo por quinta vez teniendo lugar los domingos del 20 de mayo al 30 de septiembre.

Compuesto por un cártel que abarca Dj’s de distintas regiones de Europa y América el Piknic Électronik se nutre no sólo de la música sino del espacio que lo envuelve. La posición geografía que constituye el entorno del evento permite mirar el atardecer en Montreal teniendo una visión privilegiada de la ciudad; la naturaleza de la isla es también otro factor importante que lo nutre de originalidad y rompe quizás con los estereotipos que existen con respecto a la música electrónica.

Para una fiesta en la que los bits no dan tregua durante doce horas las expectativas se antojan interminables; la música, el baile y la multiculturalidad que ahí tienen lugar son tan sólo un pretexto para confirmar hasta qué punto nos sentimos vivos. Y al menos a mí, en este caso, la presunción me alcanza para decir que el primer domingo de julio la intensidad pudo llevarme hacia algo propio que tal vez yo desconocía, que no tan solo fue por el sitio, también por la compañía con quien se compartió.

Texto e imagen por Carlos Alberto Ruiz

domingo, julio 15, 2007

México 3 - Congo 0


El pasado jueves a las 7:45, hora de Montreal se llevó a cabo el partido de México contra el Congo dentro del marco de la Copa del Mundo sub20, mismo que tuvo lugar en el estadio olímpico.

Las circunstancias me han mantenido en la ya citada ciudad, de tal modo que bajo la sugerencia de amigos y la familia es que asistí a ver el juego.

Tan sólo hace unos post atrás había mencionado mi sentir hacia el futbol, sin embargo, vivir un juego de la Copa del Mundo (aunque sea sub20) en el que participa tu país, puede despertar la curiosidad del más desconfiado y ahí estuve siendo parte de un sentido de patriotismo exacerbado, en un bullicio de 40 mil personas, en su mayoría apoyando a México. Yo un tanto entusiasmado, que sí, a veces gritaba cuando no debía de gritar, despotricando cuando algo llamado fuera de lugar anuló un gol.

Tal experiencia desde luego no me ha logrado reconciliar con este deporte, sin embargo, puedo decir que fue un acto que me enriqueció por la experiencia y que pese a lo ajeno que eso era para mí, no me sentí fuera de lugar.

Gracias a esta victoria México jugará con la selección de Argentina, si alguien sabe algo a cerca de ello y los resultados, háganlo saber.
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Por Carlos Alberto Ruiz