Expresión, plata y estilo.
.
.
Durante la pasada semana, tuvo lugar en el Centro Cultural Estación Indianilla del Distrito Federal, la décimo novena edición de Fashion Week México, un foro que integra a destacados representantes del diseño de moda en nuestro país, haciendo las veces de un gran escaparate para las propuestas nacionales ante la mirada internacional.
Esta ocasión, el programa de la semana estuvo compuesto por treinta desfiles que envolvieron la selección Otoño/Invierno 2008-2009, de firmas como Leonisa, Cubo, Amelia Toro, Royal Closet, Trista, Marvin & Quetzal y Malafacha, siendo la muestra de esta última, el motivo de mi asistencia a tal acontecimiento durante el día de su clausura.
Malafacha, es un sello formado por el diseñador de moda Francisco Saldaña que al lado del comunicador visual Victor Hernal, estructuran un proyecto de estilo propio dentro del diseño y la moda contemporánea mexicana. El juego de estos creadores reune piezas con una evidente cualidad de rebeldía y transgresión, consecuencia obvia, de su formación académica.
La oferta de Saldaña y Hernal, evidencia un estilo que desde hoy ya ha adoptado las formas del futuro, donde el individualismo y la provocación enmarcan cualidades singulares que suman voz y movimiento a sus prendas. El arribo de Malafacha a la pasarela del Fashion Week México, personificó una extensión de la vanguardia que amplió sus capacidades de impacto con los accesorios de Azure -la firma de plata mexicana a cargo de Carlos Rendón-, resultando de tal binomio, una vinculación multidisciplinar, donde la tela y el metal brillaron en toda su forma y textura.
Me arriesgo a sugerir, pese a críticas ortodoxas, los elementos artísticos de la pasarela en su amplio sentido, ya que su constitución esencial se halla en la inventiva de los diseñadores, siendo cada prenda, cada accesorio, una consecuencia particular de la interpretación del creador a un hecho o acto determinado, que no puede ser menos que ser calificada como expresión. Y eso, es lo que se notó en la muestra de Malafacha y Azure, un despliegue de innovación, claro, con un sentido comercial, pero que evidentemente no resta los méritos creativos.
Texto e imagen por Carlos Alberto Ruiz