miércoles, noviembre 11, 2009

Antonio Ruiz, El Corcito.
. .
En el marco de su décimo quinto aniversario, el Museo Dolores Olmedo regala una encantadora muestra que reconoce al arquitecto, escenográfo y pintor mexicano, Antonio Ruiz, El Corcito. Bajo el nombre de ¿Por qué tan chiquito pintaba el corcito?, el museo de la noria exhibe más de doscientas piezas integradas por fotografías, misivas y las más representativas obras particularmente resueltas en pequeño formato, que destacan el natural sentido crítico que el artista mantuvo ante el muralismo.

Como subrayan las cédulas introductorias de cada una de las salas que conforman esta presentación, la propuesta temática de El corcito se nutre de una percepción nacionalista singular, consecuencia de la integración del artista en distintos ámbitos como el cinematográfico, teatral y académico, del cual se desprende su vínculo con escuelas de educación básica, y en cuyas imágenes puede apreciarse los distinto proyectos que dirigió el pintor involucrando a sus estudiantes en actividades multidisciplinarias, experiencias que sin duda marcaron la visión y percepción del artista, que en su obra no duda en reconocer la identidad nacional y sumar a sus lienzos vivos colores y escenarios contradictorios en donde cabe el reconocimiento de lo bello de su nación y la crítica acida hacia la desigualdad social.

En un contexto pictóricamente encabezado por el trabajo y discurso de Los Tres Grandes (Orozco, Rivera y Siqueiros), Antonio Ruiz fue capaz de hacer lo propio contribuyendo con una obra sólida y honesta de fondo que encontró prosperidad en el caballete y el pequeño formato, y que ahora, a cuarenta y cinco años de su fallecimiento topa con reconocimiento y una historia apropia dentro del marco de la pintura mexicana, resolviendo con delicadeza que la expresión se encuentra más allá de las dimensiones.

¿Por qué tan chiquito pintaba el corcito?, además de su atractivo contenido invita también al deleite que siempre ofrece el visitar la que fuera casa de de Doña Dolores Olmedo, un espacio privilegiado por su condición y naturaleza que celebra a México, su arte y cultura.

Lamentablemente, quedan pocos días para disfrutar de esta colección que abandonará este recinto el próximo 15 de noviembre, sin embargo, la invitación esta hecha y lo que brinda merece no ser ignorado.



Texto por Carlos Alberto Ruiz
Imagen: Desfile cívico escolar, 1936. Óleo y temple sobre tela. Antonio Ruiz