lunes, diciembre 31, 2007

Día final del 2007
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Desde que administro este espacio, mi percepción del tiempo se ha modificado, noto que las actividades obligadas y buscadas lo minimizan tremendamente. Y es al volver a este sitio que el calendario se me manifiesta con toda su crueldad al reprocharme que existen meses en los que registré únicamente un post. Me asombra que no sea capaz de medir en ocasiones las ausencias tan largas entre texto y texto, sin embargo, admito que tales huecos son consecuencia de otros quehaceres que irónicamente, se encuentran relacionados con este proyecto.

Volviendo al punto, hoy, 31 de diciembre, me cuesta trabajo creer que éste es el último día que resta del 2007. Siento que las semanas corrieron de un modo vertiginoso, y que los meses, así como nos regalaron espacio de vida y experiencias, mantuvieron una prisa constante por saltar uno tras otro. Hago un recuento por las cosas vistas, por los momentos vividos durante esos doce meses y es ahí cuando descubro que sí, en mucho cambió mi percepción del tiempo, pero también, que mi memoria me está traicionando enormemente y que necesité volver a mi lista de registros para traer a la mente cosas por las que pasé apenas este año y de las cuales ya me había olvidado.

Dentro de esas lagunas existen ciertas películas que no recordaba haber visto, y hoy al hacer el cálculo final de este periodo redescubro con mucha impresión. Abajo dejo la lista de cintas que miré este 2007, y lo hago porque sé que muchos se encontraran a sí mismos en ella, que al leer un título en común, con seguridad algún recuerdo brincará a su pensamiento, y sea quizás esa memoria el repaso de algo que daban por olvidado.
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Feliz Año y gracias por visitar este espacio.

Breaking and entering, Violación de domicilio, Dir. Anthony Minghella
Stranger than fiction, Más extraño que la ficción, Dir. Marc Forster
Scoop, Amor y muerte, Dir. Woody Allen
Das parfum, El perfume, Dir.Tom Tykwer
Fuera del Cielo, Dir. Javier Patrón
Borat, Dir. Larry Charles
Carmen, Dir. Vicente Aranda
Easy, Fácil, Dir. Jane Weinstock
Music and lyrics, Letra y Música, Dir. Marc Lawrence
Shortbus, Dir. John Cameron Mitchell
The good shepherd, El buen pastor, Dir. Robert De Niro,
Alatriste, Dir. Agustín Díaz Yanes
Das Leben der Anderen, La vida de los otros, Dir. Florian Henckel von Donnersmarck
Niñas mal, Dir. Fernando Sariñana
300, Dir. Zack Snyder
Perfect stranger, Seduciendo a un extraño, Dir. James Foley
Le temps qui reste, El tiempo que queda, Dir. François Ozon
Spider-Man 3, El Hombre Araña 3, Dir. Sam Raimi
Grbavica, La revelación de Zara, Dir. Jasmila Bani
Fracture, Crimen perfecto, Dir. Gregory Hoblit
Fauteuils d'orchestre, Sueños de orquesta, Dir. Danièle Thompson
Reign Over Me, La esperanza vive en mí, Dir. Mike Binder
Paris, je t aime, Paris te amo, Dir. Varios
Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer, Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, Dir. Tim Story
Harry Potter and the Order of the Phoenix, Harry Potter y la Orden del Fénix, Dir. David Yates
Efter brylluppet, Después de la boda, Dir. Susanne Bier
The Contract, El contrato, Dir. Bruce Beresford
The Black Pimpernel, El clavel negro, Dir. Ulf Hiltberg
The brave one, Valiente, Dir. Neil Jordan
Luz silenciosa, Dir. Carlos Reygadas
The Black Dalia, La Dalia negra, Dir. Brian De Palma
Venus, Dir. Roger Michell
Love in the Time of Cholera, El amor en los tiempos del cólera, Dir. Mike Newell
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Por Carlos Alberto Ruiz

jueves, diciembre 27, 2007

El Cascanueces
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Los festejos con el pretexto de la navidad son tan incluyentes que la celebración ha alcanzado una diversificación considerable. Y el motivo aquí no es la discusión acerca de las razones espirituales o comerciales de la nochebuena, sino destacar que dicho periodo aguarda opciones tan esperadas que en otros épocas del año no tienen cabida. Una de ellas es el ballet de El Cascanueces.

La historia que presenta este espectáculo se basa en el cuento del alemán Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, en cuya historia, una niña de nombre Clara recibe como regalo de nochebuena un cascanueces, juguete que además de cautivarla es capaz de llevarla hacia mundos fascinantes a través de la imaginación. Por supuesto, al ser la navidad el tiempo que ocupa la historia esta época se convierte en la excusa perfecta para cobijar tal ballet.

Con música de Piotr I. Chaikovsky, El Cascanueces vio los escenarios por primera vez en Rusia en el invierno de 1892, asombrando con una coreografía admirable y un relato conmovedor; y más asombroso es, que a ciento quince años de su estreno este espectáculo siga cautivando mientras otenta el titulo del ballet más representado en el mundo.

En nuestro país, durante veintisiete años la Compañía Nacional de Danza ha realizado consecutivamente la temporada de El Cascanueces, presentándose en esta ocasión como en años anteriores, en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, con una producción considerable acompañada por la música de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, esta obra dotada con la presencia de talentosos primeros bailarines y solistas conforma una de las piezas destacadas de la compañía.

Sin embargo, lo significativo de este espectáculo es la posibilidad que ofrece de integrarnos a la fantasía, dado que nos aleja de intenciones dramáticas para encaminarnos hacia la candidez. Eso se agradece mucho, más cuando la intensidad marca generalmente nuestros actos, y es quizás ahora, cuando la navidad y el fin de año atacan, que la presencia de El Cascanueces constituye una tregua invaluable, que por momentos nos reconcilia con la inocencia mientras con su camino a la imaginación a través del movimiento suaviza notablemente toda la nostalgia que pueden significar los balances por el año que está por terminar.


Por Carlos Alberto Ruiz

martes, diciembre 18, 2007

Memorias de Vanguardia

La imagen que se juzga desde los parámetros de lo artístico enfrenta una estimación que involucra no únicamente a la estética; el fondo, en este caso juega un papel importante, ya que el argumento que envuelve al retrato puede incluso trasmitir cantidades de información invaluable. No obstante, como toda obra cuya percepción y acogimiento obedece totalmente a lo subjetivo, la consideración difícilmente es coincidente. Pese a ello, existen proyectos, que como consecuencia de su totalidad, son capaces de alcanzar comentarios positivos y unánimes de la crítica, prensa y público.

Un ejemplo claro de esta circunstancia es el que ha suscitado el trabajo del fotógrafo mexicano Agustín Jiménez, que ha treinta y tres años de su muerte, es traído al frente bajo una estimación unísona, sostenida de reconocimiento y de total intención por mantenerlo como uno de los cimientos de la historia de la fotografía en nuestro país, siendo pieza clave de la generación de la vanguardia.

La obra de Agustín Jiménez, se estructura de gran vastedad y diversidad temática. Parte de sus primeros trabajos registran su paso por la Academia de San Carlos, sitio en el que fungió como profesor, siendo la práctica docente un elemento decisivo en su camino hacia lo conceptual.

La década de los treinta fue sin duda uno de los periodos más ricos del artista, ya que es durante este tiempo que Jiménez incursiona en la publicidad y en diferentes proyectos editoriales; sin embargo, a raíz de su amistad con el director ruso, Sergei Eisentein, Jiménez decide irrumpir en la industria cinematográfica, dando de este modo, una continuidad congruente a su visión de la esencia de la sociedad mexicana.

El trabajo visual de Agustín Jiménez reestructura las formas de los objetos comunes, reinterpretando de esta manera los entornos al entregarles un sentido distinto, e incluso sugiriendo formas novedosas en juegos que se apoderan de lo popular, prehispánico y nacional.

Y todo esto puede ser presenciado en: Agustín Jiménez: memorias de vanguardia, muestra que el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México ha conformado en torno al fotógrafo, que bajo la curaduría de José Antonio Rodríguez, compila ochenta trabajos del artista, creando un pasaje visual e histórico trascendente, con el soporte de incitar hacia el encuentro de la identidad y la proyección de los cimientos de la imagen moderna en México.


Por Carlos Alberto Ruiz