Palabras de segundo aniversario
Los últimos meses sostuve una desgastante batalla contra la antigua plantilla de este blog, que debido a una falla desconocida jugaba la mala broma de ocultar las entradas y sus textos.
Tras la victoria de la tecnología, que jamás me permitió reparar los daños, resultó cierto deterioro de mi relación con este espacio, soy sincero, el desánimo me absorbía al imaginar qué sentido tenía escribir textos que definitivamente no se mostraban en el monitor y por tanto no podían ser leídos.
Tal escenario me planteó el compromiso inmediato de buscar una nueva plantilla, la cual no únicamente significara un paliativo para los problemas experimentados, sino que también me pareciera atractiva y visualmente compatible con lo que aquí se comparte.
Después de largas horas de paciencia y navegación apareció el esquema que ahora se ve en pantalla. Sin embargo, la ruptura con el anterior trajo consigo otras inquietudes que trazaron nuevos planteamientos de congruencia y legitimidad, en los que encuentro distintas razones por las cuales este espacio ya no puede identificarse con su título anterior.
En este pensamiento, en el que no entiendo qué tanto el tiempo puede hacer madurar pero sí cuánto transforma, distingo cambios personales y de contexto desde aquel septiembre del 2006 cuando abrió, lo que exige como consecuencia lógica una transformación que mantiene la esencia, mas asume a través del cambio el paso del tiempo.
A propósito del nuevo titulo, Primera Palabra, vale decir a modo de justificación que alude a la instigación, a distinguir cada texto aquí presentado como un estimulo que pueda provocar acciones, reflexiones y muchas otras opiniones. Es decir, asumir a cada post como la Primera Palabra de “algo” que continuara algún visitante.
Y qué mejor manera de inaugurar la nueva plantilla y nombre que la coincidente fecha con el segundo aniversario, para de este modo agradecer las lecturas y comentarios de este sitio en el que todos siempre serán bienvenidos.
Por Carlos Alberto Ruiz
Los últimos meses sostuve una desgastante batalla contra la antigua plantilla de este blog, que debido a una falla desconocida jugaba la mala broma de ocultar las entradas y sus textos.
Tras la victoria de la tecnología, que jamás me permitió reparar los daños, resultó cierto deterioro de mi relación con este espacio, soy sincero, el desánimo me absorbía al imaginar qué sentido tenía escribir textos que definitivamente no se mostraban en el monitor y por tanto no podían ser leídos.
Tal escenario me planteó el compromiso inmediato de buscar una nueva plantilla, la cual no únicamente significara un paliativo para los problemas experimentados, sino que también me pareciera atractiva y visualmente compatible con lo que aquí se comparte.
Después de largas horas de paciencia y navegación apareció el esquema que ahora se ve en pantalla. Sin embargo, la ruptura con el anterior trajo consigo otras inquietudes que trazaron nuevos planteamientos de congruencia y legitimidad, en los que encuentro distintas razones por las cuales este espacio ya no puede identificarse con su título anterior.
En este pensamiento, en el que no entiendo qué tanto el tiempo puede hacer madurar pero sí cuánto transforma, distingo cambios personales y de contexto desde aquel septiembre del 2006 cuando abrió, lo que exige como consecuencia lógica una transformación que mantiene la esencia, mas asume a través del cambio el paso del tiempo.
A propósito del nuevo titulo, Primera Palabra, vale decir a modo de justificación que alude a la instigación, a distinguir cada texto aquí presentado como un estimulo que pueda provocar acciones, reflexiones y muchas otras opiniones. Es decir, asumir a cada post como la Primera Palabra de “algo” que continuara algún visitante.
Y qué mejor manera de inaugurar la nueva plantilla y nombre que la coincidente fecha con el segundo aniversario, para de este modo agradecer las lecturas y comentarios de este sitio en el que todos siempre serán bienvenidos.
Por Carlos Alberto Ruiz