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El Pop-Art, –Arte Pop– nace en la década de los cincuenta; siendo el precursor de tal corriente artística, el pintor inglés Richard Hamilton. En su primera intención, el arte popular proyectaba masificar las expresiones artísticas removiendo de ellas la concepción de objetos únicos, trastocando la tendencia de los trabajos como elementos para producirse en serie y alcanzar la posición de unidades de consumo cotidiano.
En su desarrollo, dicha corriente fue retomada por el americano Andy Warhol, quien en los sesenta se enfiló como el mayor exponente del Pop-Art a raíz de sus trabajos pictóricos.
Actualmente el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México, presenta una colección denominada: Fantasías del Pop. El diseño de Eero Aarnio. Tal compilación reúne una serie de creaciones de Aarnio, diseñador finlandés. Mesas, lámparas y sillas que bajo la percepción de Eeron rebasan su condición básica para transformarse en algo más allá; jugando con la ergonomía, la estética y el estilo. Propuesta decorativa que gracias a su dinamismo extiende las funciones primarias y alcanzó el reconocimiento de “estilo de vida” a finales de los sesenta, teniendo como base la silla Ball. Un asiento a manera de esfera con cualidades de ergonomía, comodidad y armonía estética; que sin duda tras los años se ha afianzado como un icono cultural.
Aunque el trabajo y progreso de propuestas ha hecho que los proyectos de Eero se alejen del diseño industrial simple y utilitario para ordenarse más hacia los territorios del arte, parece demasiado arriesgado definir sus creaciones como elementos o tendencias del arte pop. Ya que si bien los objetos del finlandés aluden a colores estridentes y materiales propios de la corriente pop, su historia dentro del consumo los encamina generalmente hacia un mercado selectivo, alejado de la decadencia del capital –con los estragos que esto conlleva– al que sugiere la base del Pop.
Sin duda, digna de todo reconocimiento la oferta de Aarnio, erróneamente denominada Arte Pop. A veces no basta la incorporación de tonalidades para entrar dentro de una corriente. Tan arbitrario cálculo podría ser igual de peligroso como seleccionar el bolso Louis Vuitton con las canvas más llamativas y por tal distinguirlo como elemento clave del Pop-Art.
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En su desarrollo, dicha corriente fue retomada por el americano Andy Warhol, quien en los sesenta se enfiló como el mayor exponente del Pop-Art a raíz de sus trabajos pictóricos.
Actualmente el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México, presenta una colección denominada: Fantasías del Pop. El diseño de Eero Aarnio. Tal compilación reúne una serie de creaciones de Aarnio, diseñador finlandés. Mesas, lámparas y sillas que bajo la percepción de Eeron rebasan su condición básica para transformarse en algo más allá; jugando con la ergonomía, la estética y el estilo. Propuesta decorativa que gracias a su dinamismo extiende las funciones primarias y alcanzó el reconocimiento de “estilo de vida” a finales de los sesenta, teniendo como base la silla Ball. Un asiento a manera de esfera con cualidades de ergonomía, comodidad y armonía estética; que sin duda tras los años se ha afianzado como un icono cultural.
Aunque el trabajo y progreso de propuestas ha hecho que los proyectos de Eero se alejen del diseño industrial simple y utilitario para ordenarse más hacia los territorios del arte, parece demasiado arriesgado definir sus creaciones como elementos o tendencias del arte pop. Ya que si bien los objetos del finlandés aluden a colores estridentes y materiales propios de la corriente pop, su historia dentro del consumo los encamina generalmente hacia un mercado selectivo, alejado de la decadencia del capital –con los estragos que esto conlleva– al que sugiere la base del Pop.
Sin duda, digna de todo reconocimiento la oferta de Aarnio, erróneamente denominada Arte Pop. A veces no basta la incorporación de tonalidades para entrar dentro de una corriente. Tan arbitrario cálculo podría ser igual de peligroso como seleccionar el bolso Louis Vuitton con las canvas más llamativas y por tal distinguirlo como elemento clave del Pop-Art.
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Por Carlos Alberto Ruiz