miércoles, abril 02, 2008

El lago de los cisnes
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Dentro del marco del festejo por el 45º aniversario de La Compañía Nacional de Danza, tal agrupación presentó durante el mes de marzo, la trigésimo segunda temporada del ballet El lago de los cisnes, teniendo como escenario la emblemática Isleta del Lago del Viejo Bosque de Chapultepec.

El lago de los cisnes, cuya trascendencia y condición de obra maestra sobra destacar y argumentar, forma parte los trabajos concebidos por el compositor ruso Piotr I. Chaikovsk, que estructura el fondo sonoro en el que deambula la notable coreografía creada en el año de 1895 por Lev Ivanov y Marius Petisa.

Ordenado en cuatro actos, este espectáculo, cuenta la historia de Sigfrido, un príncipe cuyo aventurado destino lo transporta a un algo encantado donde descubre a Odette, una bella mujer que infortunadamente se encuentra encantada y transformada en cisne bajo el hechizo del malévolo Von Rothbart. De tal modo, que en el desarrollo el príncipe se disputa la liberación y amor de Odette.

Evidentemente la agudeza que empapa a esta obra al articularse en un ambiente naturalmente bello, como lo es el lago de Chapultepec, trastoca las posibilidades que por sí mismo este ballet posee. Una armónica producción, la destreza del cuerpo de baile que logra una ejecución considerable enfilan esta propuesta hacia resultados indiscutiblemente favorables. Sin embargo, el éxito de esta temporada no lo arranca el espectáculo, ni las posibilidades dancísiticas del mismo, el triunfo real queda en las expectativas y curiosidades de un público novel, que quizás sí, careciendo de las posibilidades de los grandes conocedores, se aproxima al ballet dispuesto al asombro, con vulnerabilidad total encontrando ahí sus coincidencias con los expertos. Es ahí donde radica el verdadero alcance de este ciclo que año tras año amplifica su trascendencia, que con una naturaleza incluyente otorga una amable recepción a los visitantes nacientes, que bien venimos acrecentándonos y amenazando con permanecer.


Por Carlos Alberto Ruiz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de casi veinte años, logre realizar uno de los sueños de mi niñez, ir a presenciar el Lago de los cisnes en la isleta de Chapultepec. A pesar de que ya lo había visto en teatro, estaba muy emosionada por acudir a ver este espectáculo. Primero porque fuí con algunos miembros de mi familia, cosa que no es común, y segundo porque se trataba de un evento especial. En lo personal el ballet me fascino, la precisión y ejecución de las bailarinas que enmarcan a los solistas fue hermoso y en verdad el escenario natural le da un toque mágico pues logra transportarte como a un cuento de hadas en medio de la ciudad. Logré mi cometido, el Lago de los cisnes de Chapultepec logró volverme niña otra vez.

Rafael Andrés Suárez Vázquez dijo...

Pues para mi es un pendiente muy grande el no haber asistido aún a ese gran evento. Tal vez porque sé que temporada tras temporada tendré la oportunidad de ir, pero cada vez que leo una reseña como la tuya o me platican de ello, mi deuda vivencial por acudir crece.
Por ello te agradezco recordarme esa omisión con esas líneas intensas. De por sí, contar con ese marco esplendoroso del lago de Chapultepec ayuda mucho como lo he constatado al ir al restaurante del Lago y al bar Acanto. Así que, aprecio tu excelente recomendación y te envio un gran saludo.

PD. Te perdiste el concierto de Ozzy que estuvo muy bueno!

Anónimo dijo...

Dejame decir que solo imagino la sensacion que ha de sentirse presenciar tal obra maestra como lo es El Lago de los Cisnes, auque ya leí el libro, la experiencia de ver la obra debe ser aun mas gratificante.

Att: Rorro