miércoles, enero 27, 2010

Museo Federico Silva
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Las calles del centro histórico de San Luis Potosí, enmarcan el Museo Federico Silva, recinto que además de reconocer la obra y trayectoria del escultor mexicano se ostenta desde su apertura, en el 2003, como el primer museo de escultura contemporánea en México.

Como en principio resulta natural, el inmueble nutre su espacio con 39 piezas de pequeño, mediano y gran formato del artista que de manera permanente acogen a sus visitantes. Este antiguo recinto, que data del año 1907, concede una visión casi absoluta de la historia artística del maestro Silva, quien sin duda se reconoce como uno de los escultores más sobresalientes de nuestro país tras una trayectoria que se subraya por su franqueza y talento.

Formado de manera autodidacta, Federico Silva incursionó en el mundo del arte con tal competencia y aptitud que le permitió asistir incluso al muralista David Alfaro Siqueiros, a la par que estructura sus primeros proyectos individuales en la pistura y escultura a principios de la década de los cincuentas.

De esta manera, la historia creativa de más de medio siglo de producción del artista, compila de manera tajante una premisa del autor: “El entorno geográfico e histórico es parte del espacio al que pertenece la escultura”. Así se presenta Silva, congruente con su reflexión, nutriendo su obra de rasgos estéticos que importa del México prehispánico, integrando a sus piezas carácter, y porqué no, inclinaciones de las culturas azteca, maya y olmeca, que no a modo de imitación o paráfrasis porque se trata de algo auténtico. Silva encamina su estilo muy particular bajo el arropo de un legado y pasado innegables, en el que el artista y su obra proliferan en una amalgama de impacto y emociones que cobran cuerpo en materias como el concreto, piedra policromada o el fierro cromado.

Así, en el recorrido, obras como Puerta del paraíso o Mariposa del lago, aparecen y revelan miradas rígidas y movimientos lánguidos, y por ahí más adelante, de otras salas surgen otras piezas de pequeño formato que se ofrecen dinámicas y coloridas, distinguiendo de esta forma la dispersión de un artista, de un estilo tan diverso y único, tan irrepetible como constante, lo cual no resulta poco ambicioso, al contrario, atiende la expectativa y promete la posibilidad de saciarla en su sitio, el Museo Federico Silva, que comparte no únicamente la obra del maestro, sino también integra diversas muestras temporales relacionadas con la escultura contemporánea del mundo.


Texto e imagen* por Carlos Alberto Ruiz
*Mariposa del lago, 1986, piedra Xaltocan. Federico Silva.

1 comentario:

Rafael Andrés Suárez Vázquez dijo...

Excelente artículo mi estimado,sólo me saltó una duda: la ostentación de ser el primer museo de escultura contemporánea de México. Me imagino que el museo mismo lo presume y de ahí lo reproduces pero tengo serias dudas que fuera antes del Museo Manuel Felguérez de Zacatecas, del José Luis Cuevas de México, D.F. o del Museo-Taller de Sebastían, también en el DF.

Aún así el maestro Federico Silva es muy estimado por mí y siempre recuerdo su magnífica escultura 1-Conejo en Ciudad Universitaria (cuantas tardes paseando, disfrutando y hasta brindando por ahí).

Un abrazo