domingo, septiembre 14, 2008

Don Quijote
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Continuando el festejo de su 45° Aniversario, la compañía nacional de danza dirigida por Dariusz Blajer, presentó durante el último fin de semana de agosto en el Teatro de la Ciudad una breve temporada del ballet Don Quijote. Basado en el capitulo XIX del segundo libro de la novela de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, el espectáculo ubica su relato en uno de los deambulares del Quijote y su escudero Sancho Panza, en el que son testigos de las desavenencias de una joven pareja de enamorados –Kitri y Basilio–, sin embargo, la vulnerabilidad del hidalgo ante el sentimentalismo lo inmiscuye en el asunto al grado tal de ayudarlos en su fuga.

Como en toda obra clásica romántica, el Quijote integra a las parejas amorosas la tragedia del obstáculo, en este caso, Lorenzo, padre de Kitri, pretende hacerla casar con el viejo y rico Gamache, un ser tan ridículamente patético por el cual la joven no puede sentir más que natural rechazo. Siendo tal la situación que este ballet traduce a movimientos, trasformando las ideas concebidas por Cervantes hacia un lenguaje corporal intenso, que reúne incluso uno de los episodios más gloriosos del hombre de la mancha: la famosa lucha que sostiene contra los molinos de viento.

La base literaria confiere al ballet innumerables posibilidades narrativas, tanto dramáticas como de fondo lógico, que en el caso de Don Quijote se incrementan de manera muy natural por la riqueza misma de esta gran novela. La trascendencia de la historia de Cervantes ha quedado suscrita de forma unánime y universal, a cuatrocientos años de su creación, su vigencia no merma, al contrario, permanece sin ceder su posición de máxima obra literaria del idioma español, siendo esta posición de totalidad la pieza clave que nutre y favorece su transición a la danza.

Retomado a diez años de su primer montaje por parte de la Compañía Nacional de Danza, este espectáculo traza la coreografía de Caroline Llorca sobre la base original de Marius Petipa, resultando en una composición sutil, viva, de movimientos quizá no tan acrobáticos mas de una precisión estricta, además de ser visualmente atractiva.

Sin embargo, algo que particularmente destaco esta ocasión es lo colorido del vestuario y ambiente que otorgan en conjunto un fuerte dinamismo, claro, consecuencia del rico contexto que permite la novela, hecho que hace posible integrar ambientes festivos que toman formas multicolores en el escenario, dando la apariencia de una gran lienzo vivo y en movimiento.

La versión de Don Quijote de la Compañía Nacional de Danza, apuesta por una recreación fastuosa en términos de ejecución al igual que resulta visualmente cautivadora, construyendo una producción destacada incluso dentro de otros montajes de la compañía. Indudablemente en próximo se abrirán nuevas fechas en las que se podrá gozar esta propuesta dancística, bien vale la pena hacer caso a la curiosidad y no perder la oportunidad de asegurar una butaca.


Por Carlos Alberto Ruiz
Imagen: Guillermo Galindo

1 comentario:

Maria Teresa García Martin dijo...

es bueno tu reportaje de Don Quijote de como llevas la historia, la esenografia llama la atención de irla a ver.