martes, enero 09, 2007

Cómo se forma la visión del mundo

Al mirar en retrospectiva podemos traer al presente destellos de nuestra vida pasada, usamos los recuerdos como un recurso de aliento que se nos revela a partir de imágenes. En este sentido, nuestra cotidianidad va quedando a resguardo en la memoria, que a lo largo de nuestra existencia va conformando un inmenso stock de retratos que a la vez constituyen nuestra esencia, nuestro conocimiento, nuestro total contexto de la realidad.

La imagen entendida como la representación de “algo”, constituye en sí misma un “objeto” registro. La imagen siempre es pasado. Si Octavio Paz sostiene que lo no nombrado no existe; de igual manera podemos sugerir que la acción no realizada, el lugar inexplorado, la soledad no vivida jamás podrá tener una imagen.

La imagen, y hablo en sentido total, no bajo los conceptos del retrato o la fotografía, simboliza de manera abstracta nuestro cúmulo de conocimientos y experiencias. Al hablar del lenguaje y sus códigos, se distinguen conceptos como el significado y significante; entendido este primero como la referencia mental que se tiene de un determinado código, si se carece de esa referencia de la memoria, el proceso de expresión será nulo.

De esta forma, la imagen o las representaciones mentales de nuestra vida constituyen el parámetro que sostienen nuestra presencia y marcan nuestra capacidad de interacción con los otros.

Así, cada una de nuestras vivencias y acciones se compacta a una imagen. De hecho, emociones y sentimientos tan subjetivos como la felicidad, el dolor, el amor y el desprecio tienen una forma y color específicos para cada individuo. Quien haya atravesado por alguna de estas circunstancias sin duda cuenta con una imagen de lo que para él representa. Y tal vez parezca descabellado, pero me parece que es de esta manera la forma en que cada persona construye su visión del mundo. De hecho, quién puede crear su visión del planeta Marte con base a las imágenes del web site de la NASA, generalmente nuestra imagen de tal lugar obedece más a nuestra concepto visual de lo desconocido (sí, a lo desconocido también le damos una imagen).

Nuestra mente constituye un proyector infinito capaz de visualizar lo más abstracto. Por cada persona en la tierra puede existir un color diferente para la soledad, un lugar diferente para la sed y una textura diferente para el deseo.
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Por Carlos Alberto Ruiz

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tambien estoy segura q para cada persona existe una idea diferente de lo q significa cada sentimiento,cada idea, cada imagen pues lo q puede ser hermoso para mi, puede ser patetico para alguien mas y pienso, coincidiendo con lo q planteas, q cada una de nuestras experiencias vividas se reflejan en nuestra persona, en nuestra forma de ser,en lo q somos pues basta con tratar unos minutos a una persona para darte cuenta de como ha sido su vida, pues las vivencias nos dejan marcas q se reflejan en experiencia.

Anónimo dijo...

What a wonderful world!!!!....esmitha

Anónimo dijo...

Ahora que leía "... las vivencias se pueden compactar en imágenes", recordaba que cuando leemos también esas palabras las convertimos en imágenes.
Julio Cortazar se preguntaba: ¿Por qué perduran en la memoria ciertos relatos? A su vez, respondía a esto: "Piensen en los cuentos que no han podido olvidar y verán que todos ellos tienen la misma característica: son aglutinantes de una realidad infinitamente más vasta que la de su mera anécdota, y por eso han influido en nosotros con una fuerza que no haría sospechar la modestia de su contenido aparente, la brevedad de su texto."

Considero que las vivencias propias que no olvidamos efectivamente se refieren más allá de lo que es el hecho mismo, es sobre todo el significado y trascendencia que les demos a las mismas en un contexto en particular.

Patty Maldonado.

Dorix dijo...

¿Eres mi otro yo? Algo así está planteado en mi protocolo de investigación, ja ja.